Por Josep Garcia-Sirera, Category Specialist Toxin binders

El impacto de las micotoxinas emergentes (ME) en la seguridad alimentaria y de los piensos se ha vuelto más significativo en los últimos años. Aunque antes se consideraban de menor importancia, ahora se encuentran en altas concentraciones y con una frecuencia considerable en cereales, productos a base de cereales, frutas, piensos y alimentos tanto procesados como crudos. Debido a su importante potencial tóxico y a sus efectos negativos en la salud y el rendimiento animal, es recomendable implementar estrategias de mitigación.

Las fumonisinas (FUM), el deoxinivalenol (DON), las aflatoxinas (AF), la zearalenona (ZEN), las toxinas T-2/HT-2 y las ocratoxinas (OT) siguen siendo las micotoxinas más importantes desde el punto de vista de la seguridad alimentaria y de los piensos. Esto se debe, en gran medida, a su amplia presencia en productos agrícolas, sus efectos tóxicos bien documentados en la salud humana y animal, y su estricta regulación en muchas regiones del mundo.

En los últimos años, los avances en las técnicas analíticas y la monitorización de la inocuidad alimentaria han dado lugar a un creciente volumen de investigación centrado en las micotoxinas emergentes (ME), un grupo de metabolitos fúngicos menos conocidos. El término «micotoxinas emergentes» se introdujo por primera vez en 2008 para describir compuestos como la fusaproliferina (FP), la beauvericina (BEA), las eniatinas (ENN) y la moniliformina (MON), todos producidos por especies de Fusarium. Actualmente, las EM se definen, en términos generales, como micotoxinas que no se analizan ni regulan de forma rutinaria, pero que se detectan cada vez con mayor frecuencia en muestras de alimentos y piensos.

Aunque antes se consideraban de menor importancia, las EM se encuentran ahora en altas concentraciones y con una frecuencia considerable en cereales, productos a base de cereales, frutas, piensos y alimentos tanto procesados como crudos. Su frecuente coexistencia con micotoxinas reguladas ha suscitado una creciente preocupación por sus posibles riesgos para la salud y la necesidad de una vigilancia y evaluación de riesgos más amplias.

Prevalencia de micotoxinas emergentes

Las micotoxinas emergentes detectadas con mayor frecuencia a nivel mundial incluyen: ácido fusárico (FUS), eniatinas (ENN), culmorina, apicidina, butenolida, fusaproliferina, toxinas de Alternaria, aurofusarina, emodina, nivalenol (NIV), beauvericina (BEA), diacetoxiscirpenol (DAS), patulina (PAT), moniliformina (MON) y esterigmatocistina (STG).

Estas ME generalmente no están reguladas ni se incluyen rutinariamente en los programas de monitoreo de micotoxinas. Sin embargo, estudios a gran escala muestran que las EM se están convirtiendo en contaminantes frecuentes en cultivos y alimentos para animales. Su prevalencia está influenciada en gran medida por las condiciones ambientales, como el clima, y a menudo coexisten con micotoxinas reguladas.

Los ME más comunes presentes en productos agrícolas son el nivalenol, las eniatinas (A, A1, B y B1), la beauvericina, el diacetoxiscirpenol, el ácido fusárico, la patulina, la moniliformina y la esterigmatocistina. Los más frecuentes son el nivalenol, la beauvericina y las eniatinas, que a veces se encuentran en concentraciones extremadamente altas. Por ejemplo, el nivalenol se presenta en concentraciones de 0,1 a 15 600 mg/kg, la beauvericina en concentraciones de 0,01 a 8854 mg/kg y las eniatinas en concentraciones de 0,25 a 10 000 mg/kg.

Muestras de Europa, África y Asia, en particular, han mostrado altas tasas de presencia de nivalenol, beauvericina y eniatinas. Se han encontrado altos niveles de ME (excluyendo la patulina) en cereales como el trigo, la avena, la cebada, el maíz y el sorgo. Los piensos terminados para aves de corral, ovinos, porcinos, bovinos y peces también han mostrado contaminaciones, predominantemente con esterigmatocistina, beauvericina, patulina, moniliformina, nivalenol y enniatinas. Las muestras de ensilado también han mostrado altos niveles de ácido fusárico, enniatinas, nivalenol y beauvericina.

Al igual que ocurre con las micotoxinas reguladas, las ME suelen encontrarse combinados. El análisis de datos de múltiples estudios revela diversas combinaciones de EM. Más del 90 % de los estudios analizados detectaron 2 o más ME por muestra. Las combinaciones más frecuentes son:

  1. BEA + ENNs
  2. BEA + ENNs + MON
  3. BEA + ENNs + NIV

Toxicidad de las micotoxinas emergentes

La toxicidad de las ME puede considerarse individualmente, en combinación con otras ME o con micotoxinas reguladas. Si bien las ME se han estudiado menos que las micotoxinas reguladas, varias han demostrado un potencial tóxico significativo.

La beauvericina (BEA) y las enniatinas (ENN) podrían no afectar el consumo de alimento ni el peso corporal en monogástricos a dosis de 10 000 mg/kg, pero, debido a su lipofilicidad y rápida absorción, estas toxinas pueden acumularse en productos de origen animal como la carne, el hígado, la piel y los huevos. Hasta la fecha, los datos sobre toxicidad en humanos son limitados.

El diacetoxiscirpenol (DAS) causa toxicidad intestinal en cerdos en concentraciones de 2 mg/kg. En aves de corral, concentraciones de 0,3 a 20 mg/kg pueden incluso provocar lesiones orales, reducción de la conversión alimenticia y problemas reproductivos. La moniliformina (MON) afecta el peso corporal, el consumo de alimento, la producción de huevos y los parámetros hematológicos en monogástricos en dosis de 25 a 100 mg/kg. Se dispone de datos limitados sobre los efectos en el ganado con respecto al nivalenol (NIV), la esterigmatocistina (STG) y la patulina (PAT).

Además, sabemos que la cocontaminación entre micotoxinas reguladas y ME (p. ej., DON, ZEN, BEA, ENN y NIV) reduce significativamente la ganancia de peso y la eficiencia alimentaria, e induce daño orgánico. Por ejemplo, los cerdos alimentados con beauvericina (3578 mg/kg), enniatinas (1830 mg/kg) y deoxinivalenol (2524 mg/kg) presentaron una reducción en la ganancia de peso y la alteración microbiana.

Estudios en aves de corral han demostrado que la exposición prolongada a mezclas de deoxinivalenol, zearalenona, FB, beauvericina, enniatinas y diacetoxiscirpenol afecta significativamente la conversión alimenticia. Las combinaciones de DAS, T-2 y AF también han causado diarrea, reducción del crecimiento e ineficiencia alimentaria.

Otro estudio ha demostrado que los brotes de hepatopatía equina pueden estar relacionados con el consumo de forrajes contaminados con ME mixtas y micotoxinas reguladas.

En general, los estudios sobre la toxicidad de las ME en animales de granja muestran que los efectos adversos en los animales de granja suelen producirse solo en concentraciones muy superiores a los niveles habituales en el campo. Sin embargo, exponer al ganado a alimentos que contienen ME coexistentes y micotoxinas reguladas en niveles moderados a bajos puede producir efectos sinérgicos o aditivos.

Estrategias de mitigación

Las estrategias para proteger la producción animal de los efectos de las micotoxinas emergentes son en gran medida similares a las empleadas contra las micotoxinas tradicionales. Los dos enfoques principales son la biotransformación y el secuestro:

La biotransformación implica la descomposición de la molécula de micotoxina en metabolitos no tóxicos o significativamente menos dañinos para el animal. Sin embargo, debido a la atención relativamente reciente prestada a las micotoxinas emergentes, actualmente no existen productos comerciales que actúen específicamente sobre estos compuestos mediante biotransformación.

Los agentes aglutinantes han demostrado cierto éxito en la mitigación de los efectos de las micotoxinas tradicionales. No obstante, la naturaleza lipofílica de muchos EM los hace poco adecuados para la adsorción por los aglutinantes naturales comunes a base de arcilla. Como alternativa, los aglutinantes orgánicos o inorgánicos ya disponibles en el mercado, diseñados para micotoxinas tradicionales más lipofílicas, pueden ofrecer una solución prometedora para mitigar el impacto de las ME. Un ingrediente alimentario funcional antimicotoxinas como Mycoad AZ de Agrimprove previene la absorción en el tracto gastrointestinal del animal y los consiguientes efectos tóxicos.

Conclusión

En conclusión, incluso en bajas concentraciones, las ME, especialmente cuando se presentan simultáneamente, pueden afectar negativamente la salud y el rendimiento animal. Existe una necesidad urgente de evaluaciones de riesgos acumulativos y estrategias de mitigación eficaces para gestionar los riesgos para la salud asociados con la exposición simultánea a múltiples micotoxinas. Un secuestrante como Mycoad AZ ofrece una protección orgánica significativa contra una amplia gama de micotoxinas tradicionales y emergentes.

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Marc Intven
Sales Manager